Colombiana radicada por 19 años en Londres, desde hace poco se instaló en Australia. Pero no son solos sus 3 hijos por los que lucha a diario, sino que por miles de inmigrantes, refugiados y mujeres latinas que se acercan a las agrupaciones ha dirigido.
Con los horarios todavía algo trastocados, Carolina Gottardo comienza a acostumbrarse a su nueva vida en Australia. Mientras la jornada concluye en Sydney, en Londres ésta recién comienza. En su natal Bogotá, en tanto, aún no amanece. Pero mientras su reloj biológico se acostumbra a los recientes viajes por Europa, Sudamérica y Oceanía, el corazón y la mente de esta abogada y economista hace un buen tiempo decidieron que lo suyo sería trabajar por los derechos humanos de las mujeres, inmigrantes y refugiados.
“Estoy trabajando en una organización por la defensa de los derechos de las personas refugiadas y los que buscan asilo. Hago trabajo de cabildeo y trabajo directo de provisión de servicios”, señala desde la ciudad australiana más grande y poblada.
En concreto, Gottardo es la flamante directora de Jesuit Refugee Service, organización internacional con sede en más de 30 países. “Es parecido a lo que hacíamos en Inglaterra en asesoría legal, clases de inglés, apoyo en acceso a la salud, educación. Es un apoyo holístico a las necesidades de las personas que buscan asilo, un área súper política y difícil aquí en Australia”, explica. La principal dificultad, asegura, es que mucha gente llega como refugiada, pero no son tratados como tales.
Para mí lo importante es aquí, en Londres o en Colombia hacer trabajo de derechos humanos y poder trabajar por las cosas en las que yo creo y que creo que van a ayudarles a los demás con esta visión de derechos humanos y feminista”.
Viajera por el mundo
Pero, ¿qué lleva a una mujer a recorrer el mundo defendiendo causas como éstas? “Cuando llegué a Londres desde Colombia nunca pensé que me iba a quedar. Simplemente fui a hacer un master y en ese punto conocí a mi esposo, pero nunca fue mi intención ir al Reino Unido a quedarme. Y terminé viviendo casi 20 años allá”.
Tras sus estudios en la capital del Reino Unido, Gottardo trabajó en la Cruz Roja británica y en el Instituto Británico de Derechos Humanos. En 2006 y 2007 tuvo su primer acercamiento con Australia cuando dirigió por un año y medio el Consejo Nacional de Refugiados de ese país.
Sin embargo, su nombre comenzaría a sonar con más fuerza a partir de enero de 2012, cuando ya de regreso en Londres comenzó a dirigir Lawrs (Latin American Women’s Rights Service), agrupación fundada en 1983 y que entrega apoyo práctico y emocional a mujeres latinas en el Reino Unido.
“Muchas veces es difícil saber cómo se va a desarrollar el futuro. Para mí lo importante es aquí, en Londres o en Colombia hacer trabajo de derechos humanos y poder trabajar por las cosas en las que yo creo y que creo que van a ayudarles a los demás con esta visión de derechos humanos y feminista”.
“En el Reino Unido estuve 19 años, casi 20. Me costó mucho tomar la decisión de partir. No fue algo que yo hubiera escogido, fue simplemente que por cuestiones familiares era mejor para toda la familia estar en Australia”.
“Siempre he creído en el potencial enorme que tiene la mujer latinoamericana. Hay un trabajo duro que se hace para contribuir en su viaje de empoderamiento. Hay mucho para avanzar, pero también se ha avanzado bastante”.
Sacrificio que vale la pena
Fue durante estas dos últimas décadas en Londres que Gottardo conoció a fondo una realidad cambiante. “El espacio que tiene hoy la mujer latinoamericana en el Reino Unido es mucho más fuerte que el que tenía antes, pero todavía hay muchísimos retos”, señala.
“Siempre he creído en el potencial enorme que tiene la mujer latinoamericana. Hay un trabajo duro que se hace para contribuir en su viaje de empoderamiento. Hay mucho para avanzar, pero también se ha avanzado bastante”. Gottardo no duda en enumerar los desafíos pendientes. “Debemos posicionarnos en general dentro de la sociedad británica y sobre todo ejercer nuestros derechos. Sentirnos como actoras con derechos y poder expresar y ejercer eso”.
Particular orgullo le produce su trabajo de incidencia y cabildeo para que “mujeres víctimas de violencia puedan acceder a servicios, puedan reportar libre y tranquilamente asegurándose de que su situación inmigratoria no las va a perjudicar”.
Los poco más de cinco años a la cabeza de Lawrs fueron de satisfacción, pero también de sacrificio. “Es un trabajo 24/7. Es una organización que ha crecido rápidamente en un periodo no tan largo, entonces eso ha significado mucha inversión de tiempo de parte mía y de mis compañeras de trabajo. Yo soy madre de tres hijos pequeños y trabajaba en Lawrs al mismo tiempo y estaba en juntas directivas. Poder balancear todo eso no es fácil”.
Obstáculos y retos
Pese a su experiencia previa, la lucha por llegar a las mujeres necesitadas, visibilizarlas y posicionar a la organización se encontró con obstáculos difíciles de vencer, pero no imposibles.
“Uno de los obstáculos mayores es que la mujer latinoamericana inmigrante vive un contexto político bastante difícil en el Reino Unido. Las leyes inmigratorias cada día se vuelven más restrictivas. Ha sido una cuestión anual en que los derechos están más erosionados”.
“Como mujeres indocumentadas no tienen un estatus seguro. Existe un corte de acceso a asesoría legal, al apoyo de seguridad social en el área inmigratoria, pero también en el área de violencia hay una mala combinación de políticas que las están afectando. Es una situación bastante preocupante y tenemos la obligación de continuar peleando contra esto”, enfatiza.
Los desafíos van también por el lado del dinero. “Conseguir financiamiento no es fácil, realmente es algo toma bastante tiempo y es algo en lo que trabajé muchísimo”, explica.
A 14 mil kilómetros de Bogotá y 17 mil de Londres Carolina Gottardo analiza su trabajo con la perspectiva que le da la distancia. “Lo más lindo de todo es mirar el viaje de empoderamiento de las mujeres desde que llegan con situaciones bastante complejas hasta el punto en que se vuelven líderes de su propia vida y empiezan inclusive a ayudar a otras”.
Respecto a su propia vida concluye. “Tras el primer paso por Australia me devolví para Londres y ahora estoy en Australia de vuelta sin haberlo planeado. En este punto de mi vida no veo nada como definitivo o seguro”.
* Publicado originalmente en abril de 2017 por The Prisma
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